lunes, 1 de junio de 2009

Mamás biónicas...


“Hace tiempo hicieron una investigación (ayudándose con el registro de la caja negra) sobre la última frase que gritaban los pilotos de guerra en combate antes de morir y tal era: ¡Mamaaa!”

No es secreto que todas las mamás llevan en su mente una especie de caja negra donde tienen el registro exacto de todos los acontecimientos sobre la vida de cada hijo; incluso de ese tipo de cosas que uno puede pasar por alto como cual fue la hora exacta (con minutos e incluso segundos) de tu nacimiento o el nombre de la niña que tanto te gustaba en tercero de primaria. Me admira su retentiva; recuerdo que a veces cuando me ponía alguna playera que me había prestado algún amigo ella me decía ¿y esa, cuando te la compré? Es decir, no se les va una. También poseen una especie de súper receptor (como una antena invisible) para captar conversaciones a larga distancia; tu te encuentras hablando con alguien a unos metros y esta antenita se les activa automáticamente (sin afán de chisme) agarrando la parte fundamental de tu conversación. Y qué decir de su ojo de atómico; ese que ve a través de las paredes y en la oscuridad como una especie de mira infrarroja capaz traspasar cualquier obstáculo con tal de no peder a su retoño de vista. Ostentan además una puntería privilegiada; son expertas francotiradoras a la hora de aventarte su chancla (o lo que tengan a la mano en el peor de los casos) con tal de acomodarte un madrazo a modo de sutil llamada de atención

Cada mamá tiene su sazón y mucho cuidado cuando llegues a casa hablando de la rica lasaña que cocina la mamá de tu mejor amigo o de tu noviecita, por que te echará la clásica mirada de pistola y esbozará una leve risita como diciéndote… pues hoy sólo hice de comer arroz con pollo y te lo tragas. Habrá que ser muy cuidadoso también cuando intentas engañarlas pues en lo que tú vas, ellas ya fueron y vinieron al menos unas tres veces; ser una especie de artesano en el oficio de mentir para elaborar fría y cuidadosamente la falacia y resulte un crimen perfecto.

También saben perfectamente cuando empiezas a tener relaciones sexuales; lo huelen y aunque jures que ella o la mamá de tu novia ni en cuenta, créelo, estás completamente equivocado, es como si olieran tus hormonas, feromonas y negras intenciones. Cuando le pides algún permiso generalmente te dirán; pregúntale a tu papá y tu papá te dirá, pregúntale a tu mamá y eso de hacerte dar vueltas preguntando pienso que es con dos fines: que entiendas de una vez por todas que ella tiene la última palabra y que en efecto, tu papá (sobre todo si eres varón) también tuvo una mamá que le hacía dar vueltas inútiles.

domingo, 10 de mayo de 2009

Palillos chinos, Paté de ganso azul y la sopa de fideos de Mamá


Cuando mis manos toman unos palillos mis dedos parecen un par de piernas largas y torpes tratando de dominar unos zancos, todo un acto de paciencia y concentración… bien podría hacerlo con algún cubierto o sin la ceremonia ésta de los palitos pero algo me dice que el banquete oriental perdería cierto toque, vamos, sería tan prosaico como pretender comer una torta o unos tacos con cubiertos, simplemente no checa, o aún peor; tomarte una caguama bien fría en bolsita con popote, ja, me imagino el cuadro y me produce cierto escalofrío.

La verdad no soy de esos mamones que se inclinan por gastronomías exóticas de países que muchas veces ni siquiera pueden más o menos ubicar en un mapa; tampoco de los que se meten a restaurantes donde los nombres de los platos en el menú fueron pensados para bilingües -o políglotas, en otros casos- y luego no tienen mucha idea de cómo pronunciarlos y los acaban enunciando pésimo o casi deletreándolos (Ejemplo: Me trae un cro-sánd por favor) o peor aún; de los que van a tal lugar porque está de moda, y como está de moda pues seguramente te harán esperar, te pedirán reservación, el capitán de meseros se sentirá capitán de aerolínea y los precios serán un tanto indecentes.

Siempre me he jactado de que tengo una panza sumamente social, se lleva con todo mundo, no es chocante ni elitista. Aclaro, tampoco me meto cualquier porquería pues no soy de los que ven un puesto de tacos y como por cosa de seducción se acercan y piden 5 de carnitas y una mirinda bien fría. Evito también franquicias de comida rápida; recuerdo que mi última vez en una donde vendían pollo rostizado fue hace como 3 años, neta, salí asustado, en algún momento –sin pensarlo- mi cubierto de plástico oprimió -con leve fuerza- ese muslote (casi blanco, tirándole a gris por dentro) y atónito vi cómo drenaba una generosa cantidad de aceite (de re uso, claro está) de mi ave empanizada. Desde entonces dije: no más ni jamás. Prefiero en todo caso unos ricos molotes, quesadillas o similares con radicales libres –también- pero al menos más nuestros, más ricos y sin seguir contribuyendo con mi dinero a una franquicia muy nociva para la salud.

Hace más de un año que dejé de vivir en casa de mis padres; mi Mamá cocina excelente, y no porque yo lo diga, la gente lo dice, además de que es una magnífica repostera. Y ¿saben? A parte de no verlos y echarlos de menos (porque ahora me vine a vivir a muchas horas de mi hermoso Oaxaca) de las cosas que más extraño son esas sopas de pasta o caldos de pollo que alivian el alma, los frijoles recién hechos, unos huevos por la mañana y todos esos manjares que por cotidianos a veces nos damos el lujo de hacerles geta. Confieso también que de hambre no me muero, me encanta la cocina y tengo buena brújula, pero esto de vivir solo y en un espacio algo pequeño no ayuda mucho, en fin, ya vendrán nuevamente los días de poner en práctica mis virtudes gastronómicas (¡quiobo!) y pasarla súper chévere mientras cocino algo insólito, me tomo una cerveza fría y oigo la música exacta de fondo.

P.D. Acepto envíos de comida casera hasta estos rumbos, yo pago el flete.

La de la foto es mi Mamá. Linda Mujer!

miércoles, 4 de marzo de 2009

NO COMPRES CHINADERAS (CASO 1)


FICHA TECNICA
DESCRIPCION: ROBOT MINIATURA DE CUERDA
MARCA: TOMY
MODELO: 1977
PAIS DE ORIGEN: TAIWAN
Hace una semana en casa de una Tía reencontré a este old friend en un librero, y digo reencontré porque tenía muchos años sin verlo, pensé que ya sólo formaba parte de las imágenes de infancia que viven en alguna parte de mi corta memoria. Pero fue mayor el desconcierto al darle cuerda y ver que aún se mueve sin ningún problema, su sonido mecánico al caminar me lleva a los días de ayer... días en otra galaxia. Es made in taiwan, si hubiera sido chino no habría pasado de 2 meses, su edad actual es de 32 años recién cumplidos, incluso 1 año y pico más grande que yo. Ha resistido el muchachito; su cuerpo metálico está intacto, su maquinaria sigue en marcha, sus colores vivos y su alma androide está latente. Qué chingón.

martes, 24 de febrero de 2009

SERVICIO SOCIAL



Hoy al abrir mi bandeja encontré un mail un tanto inusual, ya ven que por lo general te mandan decenas de cadenitas sonsas, promociones de a ganga y un sinfín de absurdos, pocos son los correos que valen la pena; los de gente cercana y algunos como el que me motivó a sentarme a postear la siguiente info que me envío una buena amiga.
El de la foto de arriba es COKITO, en realidad no tengo idea de donde salió el perrito, vagabundo de profesión supongo, al ver las fotos se me ocurrió que si las colocamos en secuencia (izq a der) la cosa estaría más o menos así; en la primera el COKITO está junto a un costalazo de yeso y una cubeta de impermeabilizante, como tiene mucha hambre piensa ¿y si le pongo a estas madres? En la segunda claramente se aprecia que al no poderlas comer las tuvo que inhalar y se puso bien pacheco, su expresión groovy lo delata. Y ya en la última, se ve que sale pacheco y veloz hacia las calles, en busca de más yeso quizá, resistol 5000 o alguna otra sustancia que lo mantenga en el viaje psicotrópico.
En fin, la cosa es que el COKITO anda sin hogar y cariño, lo bueno es que al parecer en este momento se encuentra entre gente de buen corazón y no con un taquero con falta de materia prima que en él vea una oportunidad. COKITO está en adopción (YA EN SERIO). Cualquier comentario al respecto dejar algún comentario o escribir al siguiente mail lorevargas002@hotmail.com . Gracias gente.

P.D. Alejemos al perrito de las adicciones, encontrémosle un hogar.

martes, 4 de noviembre de 2008

Yo Confieso:



Soy un sujeto desnalgado que anda por la vida con unos pantalones de mezclilla que, de no ser por cómo le cuelga la parte de las bolsas traseras se le verían bastante bien. No me importa mucho en realidad, sólo cuando me encuentro de pronto frente a un espejo – de esos grandotes- y me acuerdo de que por alguna fatídica razón carezco de ancas. No sé, supongo que puede ser genética pero tampoco me veo preguntándoles mis dudas biológicas a mis familiares un domingo por la tarde… ¿oigan jefes, y ustedes eran nalgones, o yo fui la excepción?

Quien sabe a qué se deba, tampoco creo que sea cosa de ejercicio pues lo hago regularmente, ahora que si se trata de pasar horas en el gimnasio para levantar el trasero pues francamente que hueva, vamos, prefiero perder mi tiempo en cualquier otra cosa a enclaustrarme en un espacio lleno de sudores, gases, vellos ajenos y mucha vanidad.
Por otro lado, admito que me dan cierta envidia aquellos de mi género cuyo trasero pareciera con algún tipo de relleno o royal, muchos ociosos consiguen tal efecto con horas de gimnasio y otros mendigos afortunados porque la genética los premió de esa forma, ni hablar, a todos la herencia nos favorece con diferentes virtudes.

Hay muchos desnalgados que rellenan las bolsas –traseras- de sus pantalones para que éstas consigan cierto volumen, se meten de todo; el celular, la cajetilla, la cartera gorda (tipo chile relleno), el pañuelo y ay andan bien contentos con su trasero ficticio por las calles. También otros se compran pantalones acampanados –o pegaditos- porque estos de alguna manera se las levantan pero a fin de cuentas, la dura realidad, es que tienen las naves como de paletero en bajada.

Aunque en mi opinión, los peores son los que se saben dotados y se sienten hechos a mano. Típico; se contonean al caminar, paran más su trasero, se compran pantalones ajustados y van por la vida con una cara de “hola mamis ¿ya vieron mi trasero? de lujo ¿no?” Patético, digo, una cosa es que tengas un buen par y otra es que te sientas superior por eso.

La cosa es que tengas o no, no darle tanta importancia. Si eres del club de los de cola corta pues bienvenido y si eres de los favorecidos pues bien por ti. Y ya sé que unas naves pueden abrir muchas puertas pero por otro lado también, que las neuronas no habitan en los glúteos, así que antes de preocuparte por tu escases trasera mejor alimenta con cosas buenas a tu mente para no andarte fijando en nimiedades. He dicho.

P.D. De todos modos inventaré una prótesis para la retaguardia y me haré millonario con ello… porque somos muchos los que padecemos de este sufrimiento.

lunes, 13 de octubre de 2008

Imágenes de la semana

Hace unos días en la casa de unos amigos, al pasar a su baño y disponerme a sacar la chela acumulada, apareció ante mis ojos esta imagen un tanto surreal para mi gusto. Un pececito sin vida flotando en el agua color azul pato purific del w.c. Raudo y veloz me volví a guardar el pene y fui en busca de la cámara. No se como se llamó en vida este camaradita y para estas alturas ya debe estar desintegrándose en el caño municipal, la idea de subir la imagen es a manera de cumplido póstumo para un ser que en vida sólo sirvió –desafortunadamente- para decorar la sala de una casa, pero que no por eso dejó de albergar en su diminuto cuerpo la infinita perfección de su especie.


¿Trovador con música para bailar? Definitivamente quiero oírlo porque la mayoría de trovadores que he escuchado –a fuerza obviamente- me han causado una hueva infinita con tintes de depresión. La trova me caga, pero la idea de un bohemio diyei suena chida, porque supongo que lleva sus cedés o el infalible ipod para ambientar la pachanga ¿no? Hay que llamarlo, el wey tiene actitud.






Bueno, luego esta cósmica imagen fue captada al ir rumbo a la tiendita en busca de unos doritos nachos. No sé si charlatanería o no pero es respetable finalmente, lo único que pienso es que entre la ciencia y la fe debemos hallar un punto seguro en donde ninguno de los 2 extremos nos cieguen...








Y éste servidor público que anda rolando por las calles de la ciudad a leguas se nota que se siente bien papi, neta, si lo ven por ahí lo reconocerían inmediatamente, el wey trae un alucine a la village people y sólo le falta aventarse una coreografía mientras está dirigiendo el tráfico para causar pena y sensación.

miércoles, 1 de octubre de 2008

De un chocolate abuelita muy desabrido y un capuchino de la chingada…


Imagínate que son las 10 de la noche, andas en la calle, el aire esta a punto de invierno y todo lo que quieres es un chocolate espumoso y calientito con una concha para sopear. Le andas buscando como desesperado porque lo único abierto en lunes a esa hora son unos malísimos cafés de la franquicia/monopolio que funciona en esta ciudad. Vamos, de plano no estas dispuesto a regalar más dinero por mal café y todavía, acompañado por música ambiental horrenda que incluso, si tienes mala suerte, hasta unas rolas de Lupita D’alessio o RBD te acabas chutando.

De pronto ¡un milagro! Justo en una esquina, con buena iluminación e interiores abrigadores, aparece un café que te dice v e n A m i

Hasta algo parecido a la felicidad experimentas, le preguntas al mesero si tienen chocolate, el te dice que sí y tu casi lo abrazas, sonríes... y en tu mente la feliz imagen de un chocolate abuelita y una concha aparece entre foquitos de colores; como en una marquesina. Tu cuate pide un capuchino y tu otro carnal una coca con hielo. Pasan 10 minutos, notan que la música a pesar de no estar tan mal nomás no cuaja, el mesero sirve las bebidas, no pasan ni 30 segundos y concluyen que pedir una coca bien fría era la mejor opción de la carta.
Regresas tu desabrido chocolate porque no sabe a chocolate y está tibio, pides que le pongan otro poquito para que –al menos- agarre más color, preguntas si tienen pan dulce (a huevo, siendo oaxaqueño tú sabes que el maridaje perfecto para tu bebida es un pan dulce de aquellos) y el mesero hace cara como de “osea, esto es un local con concepto francés y sólo vendemos pan de la casa o cagadas similares” Ni pedo pues, pides un pan de la casa y todavía el mesero trata de explicarte en qué consiste esa rarísima clase de bollo; no da una, con decir que es un simple panqué era suficiente.
Tu otro cuate, el que ha viajado por medio Europa (oseaa), cancela su capuchino, y no por mamón, ocurrió que él -al igual que tú- se imaginó un café bien espumoso y calientito, y en lugar de eso, le pasan una especie de nescafé desangelado que causa algo parecido a la desilusión.

Te traen de nuevo el chocolate -un poco más coloreado- con tu pan “de la casa” y pues resulta que no es otra cosa que un pinche muffin de centro comercial calentado en microondas. Ni hablar.
Veloz pides la cuenta, la euforia por algo calientito que te haga sentir como en casa se va a la chingada, te medio encabronas, pagas y te vas.

Entonces acabas tu noche pidiendo “para llevar” unas hamburguesas de franquicia, te las comes en un parque, estas con tu brother, la grasa de las papas y el tocino se llevan lejos tu casi enojo y la terminas pasando bien chévere… a salvo de un chocolate culero y de los retardados que lo preparan.